
Las matronas egresamos sabiendo casi nada sobre menstruación saludable y no es fácil asumirlo. Hasta hace algunos pocos años, no tenía IDEA que la menstruación era un reflejo de la salud de nuestro organismo, que es un signo vital más, tal como lo son la presión arterial o la temperatura, como lo recalca Lisa Hendrickson-Jack en su libro «The Fifth Vital Sign: Master Your Cycles & Optimize Your Fertility.» (aún no disponible en español ni en Chile).
Cuando se altera, es una alarma de que algo no anda bien en nuestro cuerpo. No se enseña tampoco sobre cómo la alimentación, el estrés, la deficiencia de vitaminas, la alteración del ritmo circadiano, el mal funcionamiento del sistema inmune, el desequilibrio de minerales y el desbalance de nuestras hormonas son las grandes causas de menstruaciones dolorosas, abundantes, prolongadas, irregulares (o la ausencia de ellas), de los dolores mamarios premenstruales u otros síntomas incapacitantes que muchas veces tiran a la cama a un porcentaje importante de mujeres. ¿Cómo puede ser normal que varios días al mes, las mujeres vivamos el calvario de sentir que nuestros órganos internos se retuercen y que nos parezcamos a Carrie de Stephen King en su fiesta de graduación? (las sub 35 tendrán que googlear)
No conforme con eso, nuestra familia, amigas y compañeras de trabajo nos recalcan que «es normal que duela», «ponte guaterito y tómate agua de manzanilla» (no tengo nada en contra de estas prácticas, pero solo tratan el síntoma sin cuestionar la causa) o la muy típica «en nuestra familia, todas sufríamos de hemorragias».
¿Qué pasa cuando pedimos ayuda? Acudimos a un@ supuesto especialista, que no solo minimiza el dolor y el sangrado abundante, si no que toma un recetario y nos prescribe una píldora anticonceptiva/parche/inyectable/anillo y un analgésico potente – «Es el único tratamiento», dice convencid@.
No hay ninguna pregunta sobre:
– Alimentación
– Niveles de estrés
– Características de la menstruación: cantidad, volumen, color, entre otras.
– Antecedentes familiares
– Hábitos como alcohol o cigarrillo.
– Patrón del moco cervical
– Calidad del sueño
– Signos y síntomas de inflamación
– Alergias o intolerancias alimentarias
– Función intestinal
– Composición corporal
Y así, muchísimos otros factores que deberían ser parte de la entrevista cuando una mujer consulta sobre trastornos en sus ciclos y menstruación.
Nadie nace sabiendo, estamos claras. La carrera de obstetricia y la de medicina con su especialidad no son suficientes. Es nuestro deber ético seguir estudiando, actualizarse en lo básico, lo esencial, cambiar nuestras prácticas añejas y reconocer los errores cometidos en el pasado (y humildemente también, aprender a perdonarse).
Reflexionemos, ¿En qué manos estamos dejando nuestra salud reproductiva? ¿Estamos acudiendo al profesional correcto?
Si la única respuesta a tus trastornos menstruales sea un anticonceptivo hormonal y que te hayan mandado a bajar de peso, sugiero buscar otro profesional.